Los aisladores sísmicos proporcionan suficiente flexibilidad a la estructura para garantizar que el período natural de ésta difiera del periodo natural del terremoto en la mayor medida posible. Esto evita la aparición de resonancia, que podría conducir a daños severos o incluso al colapso de la estructura.
Rendimiento óptimo bajo cargas de servicio, verticales y horizontales.
Proporcionar flexibilidad horizontal que alcance periodo natural para la estructura aislada.
Capacidad de re-centrado después de la ocurrencia de un gran terremoto para que ningún desplazamiento residual afecte capacidad de servicio de la estructura.
Proporcionar disipación de energía que controlen los desplazamientos que pueden dañar elementos estructurales.
Presentan amplias aplicaciones en estructuras, debido a su simplicidad, combinación de aislamiento y disipación de energía como dispositivo único y compacto.
Es crucial al minimizar la transferencia de energía a la superestructura y al limitar desplazamientos horizontales del dispositivo.
En condiciones normales actúan como aisladores elastoméricos convencionales, así mismo el uso de aisladores elastoméricos con núcleo de plomo es uno de los métodos de aislamiento más utilizados, demostrando su efectividad en numerosos terremotos.
Es un aislador elastomérico de alto amortiguamiento (10-16%). La capacidad de amortiguación de la mezcla de caucho se ve incrementada por la incorporación de componentes que refuerzan la misma. Mientras que el acero se encarga de dotar a la estructura de rigidez vertical, el caucho proporciona flexibilidad horizontal.
A diferencia del aislador LRB , estos tienen ambas láminas, superior e inferior, unidas a la superestructura por medio de tornillos Bristol y no llevan núcleo de plomo.
Consiste en capas alternas de material elastomérico y láminas de acero vulcanizado con un núcleo de plomo.
Proporciona un alto nivel de amortiguamiento, de hasta el 30 %, debido a la gran capacidad de absorción del núcleo.